André Martínez fue el primer atelier en ofrecer pintura en miniatura sobre nácar en Suiza, hace ya más de veintisiete años. Este joyero, engastador y, en definitiva, pintor, lleva toda su vida dedicándose de forma artística a la relojería de alta gama. Cada año, junto a un pequeño equipo, puede realizar más de 400 piezas, para cada una de las cuales requiere dedicar entre 10 y 100 horas de trabajo en cada imagen irrepetible.
“No conozco una forma de pintar excepto esta, en la que debes tener una mano segura y decidida, un ojo agudo y un buen conocimiento del dibujo. Así puedo ofrecer a la persona que adquiere uno de nuestros relojes la conciencia de darle lo mejor de mí”.